top of page
Search

El día que tuve miedo

Si alguien me hubiera dicho que el miedo podía convertirse en mi compañero y que, como si fuera poco seria de ayuda, me habría reído “con las muelas de atrás” y hubiera corrido en la dirección contraria. Pero, ese día, el miedo decidió hacer acto de presencia sin invitación y por una larga temporada. Y ahí estaba yo, frente a mi propia película de terror, con un personaje principal un tanto… miedosa. El que me conoce sabe que no puedo ni escuchar la música de suspenso en una película porque eso es indicativo de hacer una nueva búsqueda en Netflix.


Hace varios años leí el libro “Lunes con mi viejo pastor”, pero recientemente  una amiga me recordó una parte del capítulo ocho que decía:  —¿Sabes que la luz de una vela puede ser vista a 27 km de distancia? Guardó un silencio estratégico para que pudiera asimilar lo contundente de aquel mensaje y luego añadió: — solo una cosa es necesaria: oscuridad. Aquello me puso a pensar varios minutos dejándome saber que incluso en el ámbito más oscuro de mi vida, hay una chispa que es capaz de alumbrar aun a distancia. En ese momento entendí que la oscuridad, aunque puede ser pesada, tiene la tarea de resaltar la luz que hay en nosotros.


Amiga, Dios es tan bueno, que en su palabra nos deja promesas para cada etapa y situación de vida. Incluso para aquellas que son el resultado de nuestras malas decisiones. Consiente de que mis miedos eran consecuencia de mis actos, me agarré del salmo 56 como si mi vida dependiera de eso.  Lleva por título El Señor ve mi sufrimiento y el versículo 3 dice "Pero cuando siento miedo, pongo toda mi confianza en ti." Lo leía una y otra y una vez más como un recordatorio de que en esos momentos en que el miedo aprieta, siempre hay alguien dispuesto a cargar con él junto a nosotros. Fue como si la voz del mismo Dios me dijera: “No estás sola; este miedo tiene propósito y no durará para siempre.”


Yo sé que se lee bonito, pero también sé que poner esto en práctica no es tarea fácil. A veces el miedo nos ciega y nos paraliza. Esto puede hacer que perdamos de vista cuán bueno y bondadoso es Dios. Por lo que, confiar en alguien que no vemos nos parecerá una estupidez. Pero, si nos diéramos a la tarea de leer más las escrituras, entenderíamos que el Señor promete cuidarnos siempre. Confieso que tiempo atrás solo me conformaba con escuchar la predicación de los domingos y no escudriñaba por cuenta propia las escrituras. Me estaba perdiendo de la mejor parte; conocer al Dios vivo que está plasmado en la palabra y cada una de las promesas que nos dejó en ella. Esto ha abierto mis ojos y he podido ver al Dios de mi salvación desde una perspectiva más amplia.


Fue entonces cuando descubrí algo más: no solo podía confiar en Dios en medio de mis miedos, sino que también podía acudir a Él con la certeza de que me respondería. El Salmo 34 (uno de mis favoritos) dice: “Porque consulté al SEÑOR, y él me respondió. Él me salvó de todos mis temores” (v. 4 PDT). Y cuando digo “todos mis temores”, créeme, son muchos. Desde el miedo al futuro, miedo a personas que podían tomar represalias contra mi, hasta el horror de encontrarme con una cucaracha voladora en la sala. Pero Dios no discrimina temores, y su promesa es clara: responde cuando le consultamos. Léelo otra vez: responde cuando le CONSULTAMOS. En ese momento, fue como escucharlo decir: “Tranquila, yo tengo esto bajo control. Tú preocúpate de no salir corriendo.”

Si seguimos leyendo el Salmo, el versículo 7 dice que el ángel del Señor monta su campamento alrededor de su gente fiel, y la protege. Me llama demasiado la atención este versículo y me gusta dividirlo en tres pedazos:

  1. Monta su campamento

  2. Alrededor de su gente fiel.

  3. Y las protege.


La imagen de "montar un campamento" me hace imaginar una escena militar, en la que un grupo de personas establece un lugar seguro para vivir o defenderse. Por su parte,  la palabra "alrededor" indica una cobertura completa. Dios no protege de manera parcial o distante; su protección envuelve completamente a quienes son fieles a Él, como si estuvieran en el centro de un círculo que no se rompe. Su protección no es solo física, sino también espiritual y emocional. Esto significa que Dios actúa como defensor contra enemigos visibles (problemas, adversidades) e invisibles (miedos, tentaciones, ataques espirituales). Su protección no siempre elimina el problema, pero garantiza su presencia y cuidado en medio de él. Lo sé, esto también me dejó como en pausa por un buen rato.


Honestamente, imaginarme un ejército celestial acampando a mi alrededor me hizo reír. En mi mente, veía a Jesús y a sus ángeles con sus carpas y fogatas, listos para defenderme del enemigo... ¡o de mis pensamientos más raros! Al estilo RAMBO. Y así, poco a poco, entendí que el miedo, aunque incómodo y persistente, podía convertirse en un recordatorio constante de que no camino sola. Al final, la oscuridad no era más que el escenario perfecto para que brillara la luz de Dios en mí.


Así que, amiga mía, aprendamos que el miedo, aunque incómodo y a veces aterrador, tiene una manera extraña de sacar lo mejor de nosotras. Si alguna vez nos encontramos de nuevo en una situación de oscuridad, entendamos que, al igual que una vela podemos brillar desde adentro. El miedo sigue ahí, claro, pero ahora, cada vez que lo veamos acercarse, no huyamos; hagámosle el espacio, sabiendo que la luz no tarda en aparecer.


Recuerda que no solo somos escuchadas, sino que somos rodeadas por la presencia protectora de Dios, tal y como promete el salmo 34.


¿Que te parece si lo dejamos hasta aquí? Escribir esto no ha sido nada fácil. Imagino que leerlo tampoco lo fue para ti. Pero ha servido como recordatorio de que incluso en nuestros miedos, Dios está con nosotras. Ahora, con tu permiso, voy a hacerme un buen café ☕️.

 
 
 

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Desde la raíz logo.png

Gracias por leer y ser parte de esta historia.

Aunque tu situación puede ser diferente a la mía, espero que éstas reflexiones te ayuden en tu proceso, y que podamos compartir  historias para aquellos que han transitado caminos similares.

Deja que las publicaciones lleguen a ti

Gracias

  • Instagram

Déjame saber lo que tienes en mente

Gracias por tu mensaje

  • Instagram
  • Facebook

© 2035 by Desde La Raíz Blog

bottom of page